Tan pronto como Marta y yo tomamos la decisión de casarnos, acordamos que evitaríamos a toda costa que el estrés nos consumiese y muriésemos mentalmente en el intento. Pretendemos disfrutar, pasar un buen día con toda nuestra gente y afrontar nuestro compromiso con naturalidad y alegría. Así que para conseguirlo decidimos que lo mejor era acudir a profesionales de este tipo de eventos.
¿Sorprendente? Bueno, la realidad es que en la actualidad existen empresas para casi todo, y las bodas no son una excepción. Estas empresas, especializadas en la gestión de eventos, organizan minuciosamente cada uno de los aspectos relativos al enlace (todos los que tú quieras, no hay límite), liberando de esa pesadísima carga a los novios.
¿Sorprendente? Bueno, la realidad es que en la actualidad existen empresas para casi todo, y las bodas no son una excepción. Estas empresas, especializadas en la gestión de eventos, organizan minuciosamente cada uno de los aspectos relativos al enlace (todos los que tú quieras, no hay límite), liberando de esa pesadísima carga a los novios.
Son muchos los motivos que nos llevaron a tomar esta decisión. En primer lugar, ni Marta ni yo hemos organizado nunca una boda (imagino que como le ocurrirá a casi todo el mundo que se casa), con lo que esta falta de experiencia y conocimiento previo es fácil que se traduzca en posibles errores, faltas de planificación y sobre todo en cantidades ingentes de tiempo perdido. En segundo lugar, somos dos personas bastante ocupadas en nuestras respectivas profesiones, lo cual seguro que provocaría dificultades a la hora de encontrar el tiempo necesario. Por otro lado, hemos vivido de cerca las situaciones de estrés y tensión de muchos amigos que han organizado sus propias bodas, convirtiéndose sus últimos meses en auténticos maratones de llamadas telefónicas sin cesar (¿os imagináis mi teléfono sonando y yo sin darme cuenta? :-) ), reuniones y visitas a distintos establecimientos para ultimar el más mínimo de los detalles. Lanzaría aquí una reflexión de la que espero vuestros comentarios… ¿para qué decidir casarte si el camino hasta ese único día se convierte en meses de infierno personal? ¿realmente compensa? Y por último y como razón personal de más peso: no me sale de mis santos coj… (censura). Es decir, no me apetece, no me gusta, no le encuentro motivación o cómo queráis llamarlo. Seguro que alguno me criticaréis abiertamente ahora, recordando que para comprarme un televisor me pasé 3 meses analizando marcas, tiendas y características técnicas, o que me paso fines de semana en IKEA memorizando su catálogo y midiendo todo tipo de muebles para, al final, no comprar nada. Bien, todo eso es cierto, pero la realidad es que esas actividades me entretienen y motivan. Vamos, que me lo paso pipa. Soy un fanático de la tecnología desde siempre y lo de IKEA lo veo como las construcciones de LEGO que coleccionaba de pequeño. Sin embargo no encuentro el punto de motivación en elegir el tipo de flores para la ceremonia, ni en comprar los regalitos para los invitados (por ejemplo).
Para concluir, y después de todo este inmenso ladrillo que he soltado, os comento que el elegido para tan ardua tarea ha sido Ensueño Bodas. A la elección de la empresa organizadora sí que dedicamos cierto tiempo, sondeando 4 diferentes. La realidad es que casi todas nos dejaron bastante fríos, cada una por motivos diferentes, hasta que nos encontramos con Charo Martos. El trato personal, amable y cercano que Charo y su marido nos están ofreciendo nos tiene, hasta este momento, encantados. Ellos nos indican las diferentes opciones que tenemos para cada decisión a tomar, indicándonos los pros y contras de cada una de ellas bajo su experta perspectiva, para que al final elijamos de la mejor forma posible. Además se encargan de organizar cada uno de los detalles de nuestra boda, contactando con cada establecimiento y con cada proveedor para hacer las correspondientes reservas, evitándonos así cualquier preocupación. En resumen, hasta el día de hoy una experiencia totalmente recomendable.
1 comentario:
ENHORABUENAAAAA :)!! Vaya sorpresón, no pensé que este día estuviera tan cerca. Ahora a esperar el gran momento, y armarse de paciencia. Un besote a los dos.
Meri.
Publicar un comentario