Durante las últimas fechas se han producido bastantes elucubraciones acerca de qué traje de novio habré elegido. En este momento es uno de los secretos mejor guardados, y tan sólo dos seres privilegiados conocen la verdad.
Algunos piensan que tras todo este secretismo puede existir una sorpresa dramática para la vista de los invitados y para la salud mental de la novia. Otros creen que tan sólo se trata de una maniobra para desviar la atención, y que el traje será de lo más convencional.
Entretengámonos. ¿Tú qué crees? Acabamos de abrir una nueva encuesta-concurso para recabar vuestras apuestas. He de decir que el resultado final será no-vinculante, pues el traje ya está comprado. ;-)
Llevamos más de dos semanas sin intervenciones, pero la verdad es que la entrega de invitaciones está consumiendo todo nuestro tiempo libre. En mi caso concreto, aunque me está suponiendo un esfuerzo extra, quedar con muchos amigos que hacía tiempo que no veía está siendo muy gratificante. Aún así, tal y como comentaba Marta en el post anterior, aún me quedan algunas invitaciones por repartir. Espero acabar la semana próxima.
Mientras hicimos un paréntesis, y disfrutamos de una micro-visita a dos ciudades europeas hace 2 fines de semana. Aprovechando que nuestro buen amigo Félix (seguidor incansable de este blog) se encuentra haciendo una estancia laboral en la gélida y nevada Heidelberg, aprovechamos Marta y yo, junto a Javi, Elena y María, para hacerle una visita de fin de semana.
Tomamos un vuelo de Ryanair el viernes por la tarde desde Alicante hasta Karlsruhe en Alemania. De ahí cogimos un coche de alquiler hasta Heidelberg, que estaba nevada y en torno a los cero grados centígrados. Esa noche ya nos tuvimos que calentar tomando alguna cervecita y, cómo no, alguna que otra salchicha alemana.
El sábado lo aprovechamos para visitar, guiados por Félix, la ciudad de Heidelberg. Hay fotos para imprimir varios libros. Por la tarde acudimos a su castillo y terminamos cenando en un mítico lugar, cuyo nombre no recuerdo, pero sí sus delicias culinarias. ;-)
El domingo abandonamos a Félix para ir a visitar la ciudad de Estrasburgo, ubicada dentro de la región de Alsacia en la frontera franco-alemana. Pese a que no tuvimos suerte con el tiempo, ya que llovía a rachas, pudimos disfrutar de la belleza de todo el casco antiguo, incluida su catedral de estilo gótico.
Por la noche tomamos el vuelo de vuelta, no exento de sorpresas. Cuando acabábamos de pasar todos el control de equipaje de mano (después de problemas varios para no pasarnos del peso permitido en las maletas), se produjo una alarma y desalojo completo del aeropuerto. Todos corriendo bajo la lluvia. Aún nos queda la duda de si se trató de un simulacro o fue un aviso real, el caso es que nos provocó un poco de ajetreo, y después, repetición de la jugada.
Fue una de las anécdotas del viaje, que tuvo otras muchas. Lo pasamos realmente bien. Os dejamos algunas fotos de recuerdo.
Hola a todos! De nuevo estoy aquí. ¿A que ya pensabais que había huído? Ji,ji. Noooo. Aquí sigo al pie del cañón. Es que esto de organizar una boda lleva mucho trabajo y eso que nos ayuda Charo en todo, sino sería agobiante. Sólo quedan 36 días!!! La verdad es que tampoco tengo grandes novedades que contaros, el vestido aún no está acabado, pero casi. Falta ultimar detalles, ya sabeis los que os habeis casado que hasta casi el final no te lo acaban por si adelgazas, aunque en este caso me parece que no. Yo creo que he engordado mas bien, jijiji. Estamos en la dura tarea de repartir las invitaciones de boda, yo casi lo tengo zanjado pero a Dani todavía le quedan algunas. Supongo que sabreis que el día de la boda saldrán dos autobuses, uno desde el hotel Xons y el otro saldrá desde Quart, que os llevarán hasta La Noria. Luego saldrá uno nada mas acabe la cena para los que no quieran baile y el otro saldrá cuando acabe el festival. Esto es por si no quereis coger el coche, aunque luego para ir a casa os toque cogerlo. Espero que lo pasemos muy bien. Dentro de poco os contaré más cositas….
Hoy he abierto el blog y he comprobado que se han superado ya las 2000 visitas. Una cifra nada despreciable para tratarse del blog de una boda. Además ha coincidido casualmente con dos hechos destacables.
En primer lugar hoy hemos comenzado la entrega de algunas de las invitaciones. No sufráis si aún no tenéis la vuestra. No se trata de que nos lo hayamos pensado mejor y no queramos que vengáis. Tan sólo es un problema de organización temporal. Las iremos entregando poco a poco, conforme podamos.
Por otro lado, nos han confirmado los hoteles concretos del viaje de novios, y algunos son flipantes. Os adjunto los nombres y los enlaces. Fijaros especialmente en el de Iguazú, con vistas a las cataratas.
Tras descansar de actividades organizativas durante la jornada del viernes (día que aproveché para desplazarme a pasar el fin de semana a Quart de Poblet), el sábado por la mañana volvimos a la carga. Quedamos con nuestros organizadores de boda para tratar varios temas que teníamos pendientes y que había que empezar a agilizar.
Lo primero, y más importante, era recibir las invitaciones para empezar a repartirlas. Ya las tenemos en nuestro poder, y en breve os las comenzaremos a entregar. Creo, sin duda, que esta va a ser la parte que más tiempo nos va a ocupar, ya que tendremos que ir quedando poco a poco con todos vosotros.
Por otro lado teníamos pendiente elegir los obsequios que entregaremos a nuestros invitados. Charo nos enseñó distintas posibilidades, y esta misma mañana hemos realizado nuestra elección final. Por razones obvias, también guardaremos este dato para nosotros hasta el día de la boda.
Además, Ensueño Bodas nos obsequia, por contratar sus servicios, con un fin de semana de relax en Benidorm, y teníamos que empezar a ver posibles fechas para ello antes de la boda. Los fines de semana empiezan a escasear, y aún hay bastantes tareas pendientes. El expreso sigue su marcha y, después de esta semana, se acerca mucho más a la estación de destino.
Tras el primer éxito de la tarde, estaba completamente dispuesto a rematar la faena. El jueves tarde hacía un frío tremendo. Pese a ello me encaminé a Protocolo Novios, que estaba vacío, con lo cual los dependientes pudieron centrarse en mí.
La atención fue excepcional, y al poco de estar allí sientes que estás siendo aconsejado por verdaderos profesionales. Tienen una visión clara de lo que te sienta mejor, de lo que mejor encaja y te van guiando paso a paso.
Al poco de estar allí acudieron en mi ayuda mis amigos Carlos y Rafa. Aparte de que tengo una gran confianza en su criterio, pensé que su presencia podía convertir la tarde en más divertida. Por si no los conocéis, dejo una foto de los tres en una de nuestras innumerables celebraciones nocturnas de hace unos años.
También quiero aprovechar para tener unas palabras de recuerdo a mi buen amigo Alberto que, durante el fin de semana, sufrió una pérdida familiar. Un abrazo muy fuerte de Marta y mío. Bueno, pues allí estábamos Carlos, Rafa, la dependienta y yo. Y sorprendentemente hubo consenso en poco tiempo. Empecé probándome el traje, para después combinarlo secuencialmente con varios chalecos y “corbandas”, camisas y zapatos, en búsqueda de la composición ideal.
La dependienta podía llegar a provocarte migraña con su continua conversación, pero hay que reconocer que sabe lo que se lleva entre manos. Finalmente, el elegido fue el primero que me puse, y todos estuvimos de acuerdo en que era el que mejor me quedaba. No desvelaré el modelo exacto, mantendremos así un poco de incertidumbre.
Tan sólo adelantaré, para tranquilizar ciertos comentarios temerosos sobre mi originalidad y capacidad de elección, que ni me voy a vestir de Darth Vader, ni de Obi Wan Kenobi, ni de Spock, lo prometo. Será algo más discreto. ;-)
Para la reserva tuve que pagar el 50% del valor del traje, y tengo cita para hacer la prueba final el lunes 16 de febrero, unos 20 días antes de la boda. Quizás ese día cuente algo más.
Pues sí, allí estaba yo, cruzando los dedos, tocando madera y todo lo que se os ocurra para que fuese posible. Inma, la agente de Viajes Iberia, seguía acabando esa reserva que estaba gestionando y yo allí esperando a que pudiese comprobar si era viable.
Finalmente me pudo atender. Llamó al tour-operador y fue comprobando paso a paso que todo era factible. Yo no salía de mi asombro. Todo era sí. Las fechas de salida y regreso, los días en cada lugar, incluso el precio era menor que el de otros viajes que nos había presupuestado. Además, el horario de los vuelos trans-continentales era muy bueno, pues se realizaban en ambos casos de noche, pudiendo aprovechar para dormir en el avión. Todo esto es posible gracias a que la compañía aérea es diferente a la ofertada en otros paquetes, siendo en este caso Aerolíneas Argentinas.
Total, que salí de allí viento en pólvora hacía casa, esperando poder hablar con Marta para tomar una decisión final. El viaje estaba allí delante de nuestros ojos y todas las piezas de orfebrería encajaban a la perfección. Para reservarlo había que abonar un 25%, y es entonces cuando bloquearían los vuelos. El tema era tremendamente urgente, pues tal y como estaban las cosas, lo que ese día había sido posible, al día siguiente podía cambiar.
Y hubo consenso. Tras unos minutos de conversación, y de nuevo con profundo dolor, descartamos Australia (dadas las condiciones relatadas en el post anterior) y nos ilusionamos con el viaje a la Patagonia argentina. Había que reservarlo como fuese.
A la mañana siguiente (jueves) llamé insistentemente a Inma hasta que conseguí que me cogiese el teléfono. Le dije que lo queríamos, que reservase y bloquease todo, que por la tarde iría a pagar la reserva. Confirmó en unos minutos que todo era factible y nos preparó la planificación y el presupuesto.
Estos son los datos finales…
- Circuito: Patagonia Andina (12 días) con extensión Iguazú (3 días). Itinerario según las páginas 25 y 42 del folleto Transcontinental Patagonia 08-09 de Iberojet.
- Compañía Aérea: Aerolíneas Argentinas.
- Vuelo de ida: salida - lunes 9 de marzo – 22’00 horas – Madrid. Llegada – martes 10 de marzo – 7’30 horas – Buenos Aires.
- Vuelo de regreso: salida – sábado 21 de marzo – 22’00 horas – Buenos Aires. Llegada – domingo 22 de marzo – 13’40 horas – Madrid.
Los hoteles que hemos elegido son los de Categoría B (según el folleto), aunque pueden variar. Inma nos ha indicado que los sabremos con certeza a final de esta semana que comienza.
Además disponemos de un descuento entre un 7 y un 8% en el precio final del viaje debido a mi afiliación a CCOO. La cifra exacta también la conoceremos esta semana.
También nos queda por concretar cómo nos desplazaremos desde Valencia a Madrid y viceversa. El avión lo hemos descartado, pues nos obligaría a facturar 2 veces, y nos parece un infierno. Estamos sopesando coche, tren o autobús. Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. ¿Sugerencias?
En fin, y resumiendo… ¡¡Nos vamos a la Patagonia!! :-)
Pero ahí no acababa el día. Tras pagar la reserva a primera hora de la tarde, mis amigos Carlos y Rafa me esperaban en la tienda de Protocolo Novios para ayudarme con la elección de mi traje.
El miércoles comenzó tal y como acabó el martes. Aunque quizás no es muy propio hablar de comienzo, sino de continuación. Es difícil establecer una división lógica entre días cuando no duermes. Evitando polemizar, podemos decir que el miércoles comenzó cuando llegué a ATICA a trabajar (sobre las siete menos cuarto).
Fue un día típico de vuelta de vacaciones, muchos correos por responder e intentando ponerte al día en todos los temas urgentes. Acabé a eso de las tres, y aproveché para bajar a comer a casa de mis padres, que cada vez sufren más mi creciente abandono. Voy a aprovechar para poner una foto de ellos, también seguidores de este blog, y pensando en aquellos que aún no los conocéis.
Bueno, pues después de comer con ellos, comencé mi ronda de tareas referentes a la boda. En primer lugar acudí a la Comisaría de Policía de la C/Isaac Albéniz para que me expidiesen el pasaporte, ya que lo tenía caducado y lo voy a necesitar para el viaje de novios. Desde hace unos años, los nuevos pasaportes contienen un chip sin contactos incrustado dentro del cartón de la contraportada, lo cual agiliza la identificación de los viajeros en los puntos de control de los aeropuertos (aunque también presenta riesgos inherentes a la tecnología RFID en cuanto a protección de datos).
También ha cambiado enormemente el proceso de expedición, que se ha simplificado muchísimo, al igual que ocurre con el nuevo y flamante DNI electrónico. El proceso se reduce a 2 pasos básicos. En primer lugar solicitar la cita previa a través de un servicio on-line disponible tanto para el DNI electrónico como para el pasaporte. En segundo lugar acudir a la comisaria con la documentación requerida, tal cual se indica en la Web del Ministerio del Interior (DNI en vigor, fotografía, pasaporte caducado y 20€ para pagar las tasas).
En mi caso concreto, tengo que resaltar que la experiencia fue sobresaliente. Habitualmente soy muy crítico con los servicios y trámites que ofrecen las administraciones públicas (quizás por deformación profesional), pero hay que reconocer que hay excepciones de nota, y una de ellas es la Dirección General de Policía. La reserva de cita la realicé en 5 minutos un par de semanas antes de Navidad. Podías elegir comisaría y turno. Elegí Isaac Albéniz porque es la única que abre por la tarde, y no quería faltar al trabajo. Cuando reservas, recibes de forma automática un SMS en tu móvil indicando el lugar, fecha y hora que has reservado.
Llegué a la comisaría a las 17’00 horas, me atendieron a los 2 minutos, pagué y 5 minutos después ya tenía mi pasaporte electrónico. No tuve que entregar mi foto, ni firmar, puesto que al disponer de DNI electrónico, ya tenían mi foto y mi firma digitalizada y almacenadas en las bases de datos de la DGP. Tan sólo una pequeña crítica en este punto por no informar de este caso en la Web del Ministerio del Interior. Muchos ciudadanos se estarán haciendo una foto innecesariamente.
Llegados a este punto, no puedo evitar pensar que tan sólo les queda, para poner la guinda, habilitar un servicio de solicitud on-line del pasaporte, para aquellos ciudadanos que ya dispongan de DNI electrónico. Sería tan simple como ofrecer un formulario de solicitud que se pudiese firmar electrónicamente con el DNIe, y ligarlo a una pasarela de pago telemático de tasas como la de Red.es, de forma que el nuevo pasaporte pudiese llegar cómodamente por correo tradicional a tu domicilio.
Muy contento con mi nuevo pasaporte (por fin algo se solucionaba rápido y bien) me dirigía de nuevo a continuar mi ronda por las agencias de viajes murcianas. La agente de Viajes Halcón me acababa de llamar, así que le indiqué que iba de camino a la agencia. Cuando llegué sólo me dio malas noticias. El viaje a Australia se convertía en una utopía casi imposible, debido a que todos los viajes con tour en español salían o bien el 1 o bien el 15 de marzo. Nosotros necesitábamos el 9. Además nos informó de que las visitas al Parque Nacional de Kakadú no se podían realizar hasta el mes de abril, debido a que en marzo hay peligro de monzones.
A continuación, y para seguir con los jarros de agua fría, me desglosa el viaje que me ha buscado por Patagonia. No podemos volver en domingo, porque Air Europa (que es la compañía aérea con la que trabajan) no dispone de operativa aérea ese día de la semana. Luego teníamos que reducir un día el viaje. Además, no se podía volver directamente desde Iguazú sin hacer noche en Buenos Aires, lo cual implicaba de nuevo el entrar en la dinámica de vuelos día sí día no. Para ayudar un poco más, uno de los vuelos internos estaba agotado en clase turista, y el paso a business nos incrementaba en casi 200€ por cabeza el precio del viaje.
Ante esta desolación y sólo con ganas de irme a casa, decidí hacer un esfuerzo final y entrar en Viajes Iberia, lugar que aún no había visitado. Había una única agente allí, y se la veía desbordada. Me pidió que por favor esperase, que tenía que terminar de gestionar un viaje que se realizaría el día siguiente y que le quedaban 15 minutos para poder hacerlo. Así que me senté y le pedí un catálogo de Patagonia para mirarlo mientras esperaba. Y, de pronto, allí, se hizo la luz.
Vi el viaje, perfecto, tal cual lo queríamos. 14 días y 12 noches. Haciendo 4 en Buenos Aires, 3 en Bariloche y Calafate y 2 en Iguazú. Saliendo el lunes 9 y volviendo el mismo día que abandonamos Iguazú, y a un precio con el que podríamos seguir pagando nuestras hipotecas. Todo encajaba, era perfecto.
El día de Reyes fue un día de reflexión. Marta estaba en Valencia, y yo en Murcia disfrutando de mi último día de vacaciones, así que decidí dedicarlo, además de a ordenar la mesa del despacho, a reflexionar sobre los posibles viajes y sobre la elección de mi traje de novio.
La realidad es que hasta ese momento no estábamos encontrando lo que queríamos, las fechas se empezaban a echar encima, y en algunas de las agencias ya nos estaban indicando que algunos vuelos empezaban a escasear. Dos meses antes parece mucho, pero en viajes de este tipo, y si no te basta con el paquete ofertado, no es tanto tiempo. El mayor problema suele ser encajar la disponibilidad de vuelos.
Marta y yo estuvimos hablando por teléfono esa noche, y concretamos varios mínimos para intentar no volvernos locos. Lo primero que el viaje no lo podíamos iniciar en domingo, sino en lunes. Lo segundo que el tour tenía que ser en español (pensando sobre todo si elegíamos la opción de Australia). Y tercero, buscar un itinerario que no nos obligue a viajar día sí día no durante todo el viaje. Parece simple, pero de eso nada…
En cuanto al traje de novio, en los días previos había recopilado dos catálogos diferentes de 2 tiendas especializadas. Después de estar echándoles un vistazo me atrajo más el de Protocolo Novios, donde además me habían dado un muy buen trato las dos veces que había entrado a preguntar.
En concreto, en su catálogo, vi 3 trajes que me gustaron especialmente. Un primero, denominado Tula Granate, un segundo denominado Tomsk de tonos más clásicos, y por último uno denominado Begorod Negro con complementos en color lila. Hubo otros que también me gustaron, pero por alguno tenía que empezar. Así que fijé en mi calendario el jueves (2 días después), para ir a probarme distintas opciones y elegir.
Intenté no acostarme muy tarde, pero el desajuste horario ya era dramático por entonces. Al día siguiente empezaba a trabajar y me esperaba un día importante. Por la tarde iba a tener que seguir buscando presupuestos de viajes y además tenía cita para que me expidiesen el pasaporte. Pese a todo, no había quien me durmiera.
Así que sobre las cinco y media de la mañana decidí que lo mejor era levantarse, ducharse y comenzar el día.
Y llegó la madrugada del domingo al lunes, y jugaban los Lakers contra Portland. Pau contra Rudy (esta vez de titular ante la lesión de Brandon Roy). Y yo aún de vacas. Y el partido lo daban en Canal+ Deportes, y estoy abonado. Así que, ¿qué iba a hacer?
Marta se acostó, me preparé unos cuantos entremeses y a disfrutar como un enano del ambiente del Staples Center. Y el partido acabó a las seis y media. Y Marta se fue el lunes por la mañana de regreso a Valencia (tenía que trabajar por la tarde), y me quedé solo. Y me desperté a las cuatro de la tarde, con malestar físico y gastrointestinal. La larga Navidad empezaba a pasar factura. Y desayuné, y como diría mi buen amigo Rafa “me lo tomé con calma”. Y bajé a Murcia a seguir el periplo, y me pilló el atasco padre (¡vivan los Reyes!), y me desesperé.
Pero finalmente lo conseguí. Tras un día durísimo, me encontraba a las seis y media de la tarde, recién desayunado, en la puerta de una oficina de Viajes Halcón, para pedir nuevos presupuestos. Además tenía pendiente recoger el de Australia, y ya veía que no me daba tiempo.
Entro a Viajes Halcón y la agente me atiende con mucha amabilidad y corrección. En principio me lo pone fácil, aunque yo no la creo mucho. Nos ponemos a desglosar unos catálogos y le propongo que me planifique y presupueste dos viajes concretos por Patagonia (intentando que no tengamos que estar volando día sí, día no) y por Australia (intentando visitar Darwin y el Parque Nacional de Kakadú). Quedo a la espera de su llamada el miércoles para indicarme presupuestos concretos.
Miro el reloj. Son las siete y cuarto (a y media cierran), así que acelero el paso hacia viajes Marsan. Tenía que recoger el presupuesto de Australia. La agente me recibe con bastantes malas pulgas (no saqué la excusa de Pau y de haberme acostado tarde, me pareció fuera de lugar). Me pasa la planificación. No va a Darwin, tenemos que volver sábado y perder un día, y el tour es entero en inglés. Sin duda grandes noticias.
Vuelta a casa. Con el son de Cortilandia de fondo. Desvío mis pensamientos y recuerdo “esta noche también hay NBA”. ;-)
Iniciamos ya la recta final de esta semana en la que, además de volver a la actividad diaria después de las siempre merecidas vacaciones, se han producido una serie de avances y decisiones significativas respecto al magno evento que nos reúne. Sin embargo, no penséis que se ha tratado de una semana fácil, en la que todo ha venido rodado. Nada de eso.
Ya sabéis que las grandes historias tienen un inicio, un desarrollo y un desenlace. Habitualmente el inicio es esperanzador. Se suele presentar a los personajes y sus circunstancias nos atrapan, los hacemos nuestros. Después, durante el desarrollo, se les pone a prueba, pasan dificultades. Recordemos, por ejemplo, la mítica saga de Star Wars (la trilogía original), en donde después de un primer episodio esperanzador hasta en su título (“A new hope”), George Lucas nos sumerge en la más profunda oscuridad de Darth Vader en el segundo y devastador episodio “The empire strikes back”, mi favorito hasta la fecha. Recordemos la secuencia épica del final.
Bueno, pues esta pequeña, mitológica y demagógica analogía me sirve para introducir las vivencias de esta semana. Nos habíamos propuesto durante vacaciones tomar una decisión sobre el viaje de novios, para poder centrarnos durante la primera quincena de enero en empezar a distribuir las invitaciones y, en mi caso, algunos temas más personales como la elección de mi traje de novio.
Sin embargo, y como suele ocurrir, las vacaciones fueron discurriendo sin mucho avance por nuestra parte. Fue durante la semana pasada cuando, tras haber recopilado unos cuantos catálogos en distintas agencias, nos pusimos mucho más en serio y fijamos tres ideas de distintos viajes que nos apetecía hacer (los tenéis en una encuesta abierta). El viernes pasado acudimos a una oficina de la agencia de viajes Marsan para que nos los empezasen a presupuestar y nos llevamos datos mucho más precisos a casa.
De los tres viajes planteados, sólo obtuvimos propuestas de paquetes concretos disponibles de la Patagonia y aproximados del combinado Japón-isla exótica, quedando el tema de Australia pendiente de una cotización que nos entregarían el lunes (pasado el fin de semana).
La primera desilusión nos la llevamos con los datos del combinado Japón-isla exótica. Su nombre nos pareció demasiado feo. Llamarse ‘4700€ por cabeza + gastos’ nos pareció un nombre demasiado compuesto para ser considerado como “el elegido”. Así que decidimos descartarlo ipso-facto. Sé que es el que lleva la delantera en las votaciones, pero Marta y yo pretendemos seguir viviendo después de la boda, y para ello es necesario poder seguir pagando la hipoteca, comer un par de veces al día, etc.
Algún día trataré el tema de la economía de una boda. Da bastante juego, y es también entretenido. Ahora entiendo de cerca por qué es indeseable el divorcio. Abre la puerta a casarte de nuevo y, por tanto, al consecuente suicidio económico. Con una vez es suficiente.
Los datos que teníamos del viaje a la Patagonia eran bastante más ajustados, pero la oferta a la que teníamos que ajustarnos (bajo la calificación “confirmación inmediata”) nos obligaba a iniciar el viaje de novios el domingo 8 de marzo por la noche. Si lo que he comentado en el párrafo anterior supondría un posible suicidio económico, en este caso visualizábamos con claridad el suicidio físico y mental. El viaje estaba muy bien, y recorría casi todo lo importante en 15 días (Buenos Aires, Bariloche, Iguazú, Calafate y Usuhaia), pero nos obligaba a estar el domingo a las 22 horas en Barajas. Así que la decisión estaba clara, había que esperar los resultados de Australia y seguir buscando en otras agencias posibles viajes a la Patagonia.
Espero que los Reyes se hayan portado bien con todos los seres que visitan esta página. Gracias a sus Majestades y a todos los niños murcianos ayer “tropecé” con un pequeño atasco a media tarde al son de “Cortilandia, cortilandia…”. Culpa mía por no acordarme de la cabalgata. Son cosas que pasan cuando te haces mayor.
Dejo a un lado este tema, para centrarme en este mi primer post del año en un par de días de descanso que Marta y yo pasamos en Mojácar. Estuvimos allí los días 26 y 27, aprovechando que disponíamos de una noche gratis en un Parador a través de su programa de puntos. Elegimos el Parador de Mojácar porque no habíamos estado, se encuentra relativamente cerca, y está ofertado a la mitad de puntos en invierno, pues se trata de temporada baja.
El parador es excepcional. Un 4* recién reformado. La habitación era muy espaciosa y el mobiliario nuevo y moderno (incluido un LCD colgado de la pared). Sólo un problemilla, y es que el agua de la ducha se salía, por lo que creamos un pequeño lago privado en el cuarto de baño. :-) El día 26 fuimos por la mañana a Garrucha. Allí paseamos por la playa y terminamos dándonos el primer homenaje del fin de semana en un restaurante que encontramos por el paseo. No podíamos dejar pasar la oportunidad de probar la célebre gamba roja de Garrucha. Para que no se sintiese sola, también la acompañamos de una “pequeña” parrillada de pescado de la zona. Por la tarde, tras hacer el check-in en el parador, nos fuimos a visitar Mojacar. Marta sí que conocía la zona, pero para mí fue la primera vez. Aprovechamos para pasear por su calles, en esta época totalmente tranquilas, y observar la puesta de sol en sus diversos miradores. Para terminar el día, hicimos una austera cena en el propio parador, ya que nuestros estómagos no daban más de sí. El 27, tras el madrugón habitual (ésta vez no nos tuvieron que avisar desde recepción), partimos a medio día a realizar una pequeña excursión por la costa, intentando acercarnos lo máximo posible a Cabo de Gata. No es fácil, puesto que la carretera sólo bordea la costa en algunos tramos, teniendo después que retroceder hacia el interior. Recorrimos, entre otros, Carboneras, Agua Amarga, Rodalquilar y San José. Todo muy tranquilo, aunque imagino que en verano cambiará bastante.
Por cierto, quedan dos meses exactos para el evento. Mañana me hago el pasaporte y el jueves voy a ir a elegir mi traje. El tiempo sigue su marcha inexorable. ¿Nos dará tiempo a todo? Quizás nos haga falta una experiencia de “aceleración” personal como en el episodio “El parpadeo de un ojo” de Star Trek. ;-)
DE FALSOS, MENTIRAS Y BALONCESTO...
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Ya lo dije, este mes tocaban como mínimo un par de entradas para compensar
la ausencia de la misma en el pasado mes de febrero. Esto del blog no es
fácil ...
También quiero aprovechar para tener unas palabras de recuerdo a mi buen amigo Alberto que, durante el fin de semana, sufrió una pérdida familiar. Un abrazo muy fuerte de Marta y mío.
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